Laborde: dónde las bicicletas son libres
El Área de Políticas Estudiantiles de la Dirección General de Educación Superior, comenzó a recorrer la Provincia. Con gran agrado hizo pie en Laborde (tierra de bicicletas sin candados ni cadenas, apoyadas en el cordón de la vereda esperando que su dueño salga de clases, sin temor a los “amigos de lo ajeno”. Tierra en la que la sirena del Molino del lugar, indica a las 12 que es hora de la pausa, de volver a casa y estar en familia. Es sagrado. Es recomendable). El equipo llegó específicamente al Instituto Superior del Profesorado –fundado en 1968– de dicha localidad. Su directora, Silvana “Loly” Ricaldone nos recibió con gran alegría y entusiasmo. Como buena anfitriona y lugareña, en primera instancia nos llevó a recorrer los puntos más importantes del lugar destacándonos el predio donde se lleva a cabo el Festival Nacional del Malambo, de relevancia nacional e internacional.
El Instituto del Profesorado –con 300 estudiantes aproximadamente– cuenta con cuatro albergues con más de 130 jóvenes –65 de ellos aproximadamente de Pueblos Originarios– de varias provincias del país: Jujuy, Formosa, Chaco y Chubut entre otras. Los alumnos pasan sus días en los hospedajes intercambiando experiencias y haciendo de ellas un aprendizaje constante. Cada día, y partir de las 11.30 de la mañana, se reúnen a almorzar en el comedor a degustar y compartir el menú que ellos mismos cocinan. Los integrantes del grupo de Políticas tuvimos la suerte de saborear el plato del día: pan de carne molida relleno acompañado con puré. Imposible explicar con palabras.
Cuna de célebres artistas, y algunos de ellos formados en el establecimiento (Mauro Ciaviattini –músico del Trío MJC–, Soledad Gamboa –rebelación en Cosquín– y músicos que hoy forman parte de agrupaciones como Sabrosos y Chébere), en el instituto funciona el TAP (Trayecto Artístico Profesional) al que asisten niños, jóvenes, adultos y los propios alumnos de los profesorados. La música y los trabajos en madera son algunas de las expresiones artísticas que florecen de las aulas. Sus maestros destacan la gran asistencia de los chicos a clases. “Siempre vienen. No faltan porque les encanta lo que hacen”, nos decía con alegría uno de los docentes del trayecto. En el establecimiento se dictan las carreras de Profesorado de Educación Secundaria en Economía, Profesorado de Educación Tecnológica, Profesorado de Educación Secundaria en Matemática y Profesorado de Artes Visuales.
Durante la tarde nos esperaban en uno de los albergues que cuenta con un polideportivo. Llegamos en un momento inmejorable. Los chicos que allí residen estaban en plena elaboración de tortas fritas (en realidad horneadas en un tacho de 200 litros cortado a la mitad, con una parrilla en su interior y una tapa para no dejar escapar el calor. Una obra maestra). En la cancha de fútbol los jóvenes se preparaban para el campeonato interno. Las tonadas se mezclaban en el aire. La pasión por la redonda es nacional. A las seis de la tarde el primer día del torneo se acabó y las tortas fritas también. No así los mates que no dejaron de ir y venir.
Los estudiantes son responsables de sus habitaciones, las ordenan con empeño y cuidan con afecto. Ese es su lugar en el mundo y durante los años que dure su carrera, vivirán allí. La mayoría de los chicos vuelven una sola vez al año a sus hogares. El que tuvo suerte de juntar un dinero extra, en la semana del estudiante, o en otra ocasión, como premio puede costearse los pasajes para visitar a sus familiares y regresar a sus pagos. Para acortar las distancias, y hacer más llevadera la estadía, los albergues cuentan con Internet. De esta manera los jóvenes están conectados las 24 horas del día y un poco más cerca de sus casas.
Cuando el sol comenzaba a esconderse detrás del molino, y el duro calor de la jornada daba un respiro, fue tiempo de ir a clases. Fue el momento en el que pudimos encontrarnos con todos los alumnos. Cara a cara. Contarles quienes somos y cuáles son los proyectos que juntos vamos a emprender. Con gran satisfacción observamos rostros entusiastas con ganas de hacer y afrontar nuevos desafíos. Estudiantes, docentes y directivos del instituto mostraron una voluntad de trabajo inconmensurable. No había otro tipo de respuesta de toda esa comunidad. No se puede esperar otra cosa de la gente de allí. De Laborde. Dónde las bicicletas son libres.
Algunos momentos de la visita al Profesorado