El maestro en Bell Ville

El maestro en Bell Ville


Esta vez la Pampa Húmeda fue quien recibió al maestro viajero. El tibio sol de la mañana iluminaba los diferentes espacios de la Casa de la Cultura de Bell Ville. Un sitio teñido de historia y arte –que alberga la Dirección de Cultura, el Museo Histórico Regional Sargento Mayor Lorenzo de Lara, el Museo de Bellas Artes Walter de Navazio y el Centro Municipal de Estudios Históricos− fue el escenario elegido para la presentación de un nuevo fascículo de la colección De maestro a maestro, que recupera experiencias didácticas producidas e implementadas por docentes en el marco del trayecto formativo Mediación curricular en Alfabetización Inicial en los años 2010 y 2011.

Así docentes y autoridades de las escuelas Ponciano Vivanco, Florentino Ameghino, Arturo Matterson y Nuestra Señora del Huerto fueron testigos de la socialización de la producción de alumnos  y maestros de la Escuela Normal Superior José Figueroa Alcorta. Desde el inicio los más pequeños se adueñaron del espacio: para iniciar la presentación pasaron al frente, pero no para dar lección sino para compartir su experiencia como autores de una producción que dejaría sus huellas por mucho tiempo. Y es que AnimaRaros −un libro ilustrado de textos descriptivos ficcionales de animales fantásticos creado íntegramente por los chicos que en aquel 2011 cursaban  1° grado “B” y su seño− es sólo el producto final de un proceso que implicó otra manera de conceptualizar la alfabetización inicial –como una práctica social y no solo escolar− con estrategias e intervenciones didácticas diferentes.Alejandra Fenoglio describe el momento: “Allí estaban para dar testimonio de cuánto significa en la vida de un niño ser considerado un sujeto de lenguaje, portador de saberes sobre su lengua y al que se le da la oportunidad de escribir con otros y para otros”.

El fascículo en cuestión surge de la mano del Proyecto Jurisdiccional de Desarrollo Profesional Docente Mediación Curricular en Alfabetización Inicial, implementado por especialistas de la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Educación de Córdoba y financiado por el Instituto Nacional de Formación Docente que se llevó a cabo en nivel inicial en 2010 y a partir de 2011, en primario y que en 2012 implicó un nuevo desafío: producir una escritura profesional docente que versara sobre la experiencia para enriquecer el conocimiento didáctico  sobre alfabetización Inicial. Así, fue como el equipo de Bell Villeconformado por los profesores Shirley Kirigin −maestra de 1° grado “B” de nivel primario− y Cristina Pratto –de Práctica Docente III− e Ignacio Vezzoni –del Seminario de Alfabetización Inicial,ausente por encontrarse fuera del país−, ambos docentes de nivel superior y todos pertenecientes a la Escuela Normal Superior José Figueroa Alcorta, se pusieron a trabajar de la mano de la Coordinadora de la DGES, Alejandra Fenoglio en la mejor manera de socializar la experiencia realizada. Así nace este fascículo denominado Revisión colectiva en el pizarrón: un análisis plural desde la experiencia áulica en 1° grado. Fue precisamente la propia Fenoglio quien tomó la posta para comenzar a relatar  a los presentes el contenido de cada uno de los cuadernillos que conforman la colección De maestro a maestro. También estuvieron presentes María Julia Aymar –del equipo deAlmafuerte quien habló sobre Condiciones didácticas en la revisión de textos expositivos− y la referente jurisdiccional del Proyecto de Mediación Curricular, Licenciada María Gabriela Gay quien presentó el contenido del resto de los fascículos y demás autoridades educativas de la zona.

Luego fue el turno de Cristina Pratto y de Shirley Kirigin  de narrar el proceso de  trabajo con el equipo interniveles y con sus estudiantes. La propia Shirley destacó lo importante que fue para ella participar en este trayecto formativo en tanto le permitió reflexionar sobre su propia práctica y poner en cuestión muchos de los modos de hacer en el aula que están naturalizados y que sin embargo, son no sólo mejorables sino oportunidades de revisar los modos de enseñar y aprender. En un momento relató su sorpresa cuando se dirigió a invitar a sus exalumnos de 1° grado protagonistas del proyecto −hoy en cuarto− y una de las  niñas sacó de su mochila un ejemplar del libro AnimaRaros. “Esto no sólo demuestra la huella que podemos dejar en los niños como educadores sino fundamentalmente lo significativo que puede volverse un proyecto cuando lo que enseñamos tiene sentido para quienes aprenden”. Y porque es justamente devolverle el sentido a lo que se hace en las aulas lo que se busca con este tipo de propuestas la posibilidad de socializarlas enriquece aun más la experiencia no solo de los protagonistas sino del resto de los educadores que participaron de la presentación.

El maestro pasó por Oliva

Al lunes siguiente el encuentro tuvo lugar en Oliva. Allí durante 2011, con la coordinación de Silvia Yepes, participaron de la iniciativa el ISFD Catalina Caviglia de Visca (Oliva), la Escuela primaria Mariano Morenoy Maestro José María Salgueiroambas de la localidad de James Craick.

En la experiencia participaron alumnos de 1 y 2 grado de las dos escuelas, del terciario los profesores del Seminario de Alfabetización Inicial y Práctica docente III y estudiantes dela carrera.

Cuidando mi tierra

Haciendo hincapié sobre problemáticas sociales y naturales de la localidad, los trabajos rondaron sobre el cuidado del medio ambiente. Así «SOS: perros callejeros» fue el tema abarcado por los niños de la escuela Mariano Moreno, mientras “El oro azul II: el cuidado del agua” fue el de los alumnos del establecimiento MaestroSalguiero.

En 2012 se continuo con el proyecto y se extendió a todos  los 1 y 2° grados y  se decidió realizar una campaña de concientización expandida hacia toda la comunidad de James Craickque culminó con una marcha en la que los niños caminaron por las calles de su ciudad para concientizar, relatar y compartir su experiencia. Hicieron y entregaron folletos, afiches y cantaron. En la plaza los esperaban sus familias, donde hubo una muestra con fotos y escritos de los chicos. Para culminar los niños, en un escenario, leyeron lo  habían preparado.

Paradójicamente, a estos tres establecimientos la distancia los acercó. Las ganas de trabajar juntos los unió. Oliva a 15 kilómetros no fue un impedimento para que los estudiantes viajaran las veces que hiciera falta para concretar este proyecto. La plaza que «separa» a las escuelas tampoco fue un problema a la hora de aunar voluntades. Cuando existe un objetivo en común y se trabaja con seriedad, ni los kilómetros ni las plazas se interponen.

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