De visita en las escuelas: David Voloj

De visita en las escuelas: David Voloj


En Morteros

Los rayos de sol que iluminaban la calurosa mañana de fines de octubre recibieron al escritor David Voloj en su visita al Ipem 242 Fuerte Los Morteros. Inmediatamente el clima resplandeciente que reinaba afuera se trasladó al interior de la escuela: los alumnos, inquietos;  las profes (y futuras profes), nerviosas; la directora, expectante y la coordinadora Gabriela Ruffinatto, del equipo técnico de la Dirección General de Educación Superior, ansiosa; inundaron con calidez la ocasión.

El SUM, preparado para recibir a “los cordobeses” −como decían los anfitriones− estaba especialmente ornamentado para la ocasión: trabajos de alumnos junto a sus profes hacían las veces de escenografía para introducirnos en un mundo de ficciones y lecturas, de imágenes y escrituras personales y colectivas. Tapas de libros, fotos y textos de Estela Smania, Lilia Lardone y del invitado especial, David Voloj fueron el marco propicio para lo que vendría.

Mientras tanto, mate en mano y termo bajo el brazo, aparecía el joven escritor cordobés. Con su sonrisa tranquila, mirada atenta y acompañado  por la referente de Proyecto Jurisdiccional de Desarrollo Profesional Docente: “Literatura y escuela: prácticas de promoción de lectura en contextos pedagógicos. Nivel Superior. Nivel Secundario”, María Gabriela Gay, conversaba gentilmente con los presentes.

Hechas las presentaciones y los saludos, ante el murmullo de casi 300 alumnos  de 1°, 2° y 3° año del CBU, comenzó la intensa jornada. Las profesoras encargadas explicaron al autor de los libros Letras modernas, Asuntos internos y Los suplentes,  la forma en que abordaron su obra en el marco del trayecto formativo y a partir de allí se puso a circular la palabra. Voloj relató sus inicios en la escritura, sus intereses literarios y luego fue el turno de los chicos de llenar con preguntas la mañana. Así las múltiples  voces de estudiantes, docentes y escritor tejieron una red de inquietudes e interrogantes.  Entre silencios y murmullos, risas cómplices de algunos y caras de calor apremiante de otros, la conversación literaria sobre la obra de Voloj fue ganando la escena. Algunos de los chicos le manifestaron que tenía un estilo de escritura “raro”, que a veces usaba un lenguaje “vulgar” que los inquietaba; otros se pusieron en la piel de los personajes de sus cuentos y hasta algunos se animaron a relatar sus propias escrituras.

Así transcurrió una hora de charla que dio paso luego al recorrido por  la muestra institucional  que a través de producciones de los chicos daba cuenta de lo trabajado durante estos meses en relación al trayecto formativo que pone el eje en la Literatura de Córdoba. En el stand de primer año se podían apreciar trabajos realizados a partir de la lectura de libros de Estela Smania; en el de segundo, de Lilia Lardone  y en el de tercero, sobre obras del mismísimo Voloj. Allí se pudieron apreciar pancartas, cajitas con cuentos y preguntas al estilo del Libro de las preguntas de Pablo Neruda ­­con frases y temas de cuentos del libro Los suplentes.

Finalmente, con un fuerte aplauso los chicos despidieron al escritor quien, con la sencillez que lo caracteriza, se embarcó en una cordial y amena charla sobre su escritura con docentes del secundario y alumnas del profesorado de Lengua y Literatura  del Instituto María Justa Moyano de Ezpeleta quienes disfrutaron de la intimidad  de un encuentro productivo de fortalecimiento de perspectivas y de generación de interrogantes.  La coordinadora de la DGES, Gabriela Ruffinato señaló al respecto: “Con relatos que nos daban vueltas en la cabeza, con preguntas y chispas de literatura que se hacían llama en la memoria y hasta en la propia piel, cerramos una inolvidable jornada”.

En Córdoba

Vestido prolijamente de negro David Voloj llegó puntual a la cita. Esta vez,  en la Capital cordobesa, más precisamente en el Ipem 357 de barrio Smata. Allí esperaba la coordinadora de la DGES, Cecilia Malik. El día estaba fresco pero, como de costumbre, el calor lo pusieron los chicos. Inmediatamente las profesoras que participan del proyecto Literatura y escuela salieron a recibir al invitado. También la Bibliotecaria participó del encuentro.

Los alumnos de tercer año uno a uno se fueron acomodando en el salón escogido para la ocasión. Con micrófonos y equipo de sonido preparados por dos estudiantes se dio inició a la jornada. El silencio y la expectativa eran tales que los implementos tecnológicos no fueron necesarios. Las caritas atentas de los chicos resumían el clima del momento. En las paredes se podían ver las huellas del trabajo de los estudiantes: escrituras e ilustraciones le daban un marco colorido al ambiente. Las profes presentaron al autor de Los suplentes¸ le relataron las propuestas didácticas  y las distintas actividades que los estudiantes realizaron en torno a algunos de sus cuentos y luego dieron la palabra a los más jóvenes para que pudieran “conversar” con el escritor.

Con preguntas incisivas que daban cuenta de lecturas profundas alumnos y literato fueron desmenuzando aspectos de la obra de Voloj y hasta inquirieron sobre los motivos de la inspiración literaria y sus primeros acercamientos a la escritura. Luego fue el turno de los chicos de poner en acto sus propias escrituras, algunos se animaron a cantar  un rap a propósito del argumento de uno de los cuentos de Voloj, otros leyeron diálogos imaginados entre personajes de las historias y mostraron cómo se apropiaron de las lecturas del joven escritor cordobés. Para cerrar el encuentro, los alumnos hicieron entrega a Voloj de un CD que da cuenta de todas las producciones realizadas durante los talleres de escritura en el aula y un pergamino con la firma de todos ellos.

En Cosquín

La última parada llevó la voz y las escrituras de Voloj a Cosquín. Allí el comedor del Colegio Superior Roque Sáenz Peña fue el lugar elegido para concretar la conversación literaria entre alumnos de la escuela y el escritor. Hubo también invitados especiales: los estudiantes del Ipem 332 Anexo Villa Parque Siquiman, que también habían disfrutado de  sus textos, fueron de la partida. Alumnas y docentes del profesorado de Lengua y Literatura del nivel superior de la Institución anfitriona tampoco quisieron perderse esta oportunidad.

Desde la llegada a la escuela fue impactante la galería de producciones de distinto tipo realizadas por los adolescentes del secundario y los futuros profes del terciario: afiches y cartulinas de colores reflejaban algo de todo lo realizado en los talleres de escritura. Fotos de Voloj se mezclaban con ilustraciones de los chicos en relación a sus cuentos Noche de chicas, Historia de taxi, La orientación de la felicidad, Los varones  son complicados y Genética, entre otros.

El salón estaba completo, alrededor de 150 jóvenes de 12 cursos de 1° a ° 3° año esperaban ansiosos la palabra del visitante. Voloj comenzó su presentación destacando la satisfacción por poder participar de un proyecto que privilegia no solo la literatura cordobesa sino que posibilita el encuentro con el otro: “Encontrarse con el lector es muy extraño y movilizante para alguien que escribe y no es algo que sucede muy a menudo».

Desde el inicio, los chicos escucharon con atención al escritor y a medida que transcurría la charla fue complejizando las interpretaciones de las lecturas e interrogando con mayor profundidad a Voloj sobre argumentos, personajes y desenlaces de las historias. La timidez se iba perdiendo y las manos levantadas para preguntar eran cada vez más.

Romina González, del equipo técnico de la DGES, las profes de la escuela junto a la directora, que acompañó durante toda la jornada, seguían con atención la intensa conversación, haciendo aportes, ordenando los turnos de las preguntas y fundamentalmente, orgullosas de cómo los chicos ponían en diálogo lo trabajado en clase con la perspectiva del autor que habían leído.

Luego, fue el turno de  una alumna del profesorado de Lengua y Literatura que, caracterizada de mimo, intervino en la sala para obsequiar a Voloj algunas de las producciones realizadas a lo largo del año. El escritor gustoso agradeció las atenciones y deferencias y se  encontró de repente rodeado de jóvenes que querían sacarse fotografías con él, obtener una firma para un libro y hasta seguir charlando sobre las obras. Así, se fue cerrando otra mañana de fructífero intercambio de voces, palabras, miradas e interpretaciones que posibilitó una vez el encuentro con la lectura y con el otro.

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