Una sana costumbre
Los encuentros de acompañamiento en Literatura, organizados por la Dirección General de Educación Superior, se han convertido en esas cuestiones que uno está esperando que sucedan. Son de esas fechas que uno anota en la agenda para que, de ninguna manera, se vayan a pasar por alto. Tienen ese condimento de la inquietud de que deparará el próximo capítulo. El cuarto evento, realizado el 25 de septiembre en el Instituto “Lino E. Spilimbergo”, coordinado por Raquel Turletti, Carolina Rossi, Florencia Ortiz, Cecilia Sehringer y Gabriela Gay, fue inolvidable. María Teresa Andruetto, Laura Escudero, Estela Smania y Lilia Lardone brindaron una mañana de anécdotas, de vivencias y de lectura que fue el deleite de todos los presentes. Escuchar de la propia voz de las autoras esos relatos que alguna vez leímos, fue maravilloso. Un vuelo a la imaginación a esos mundos creados por estas notables escritoras, que por momentos, quien estuvo presente en el lugar, parecía ser parte de la charla entre Andruetto y su madre, en el poema “Visita” –relatado por la autora de su libro Kodak–. Se podía ser parte de la caminata, por esas calles, junto a María Teresa y su mamá.
En el encuentro hubo lugar para recordar los inicios. Aquellos que muchas veces no son sencillos, pero que tiene el valor de jugársela por lo que se cree. Por eso que
se sabe que indefectiblemente, por más que se tomen otros caminos, no se puede ignorar por que tarde o temprano va a aflorar. Estela Smania compartía: «Me vine a Córdoba diciéndole a mi padre que iba a estudiar abogacía. Él no creía que de la literatura se pudiera vivir. Estudié abogacía, pero también hice periodismo. Mi pasión era escribir y buscaba la forma de llegar a ella”. Lilia Lardone también contó de sus primeros pasos: «Empecé a los 50 largos. Escribía poemas de amor en mi época de adolescencia, pero no lo podría hecho sin haber leído antes. Me divierte crear para chicos, pero no me obligo a hacerlo una vez al año. Escribo sin imponerme tiempos”. Al respecto, a los plazos que las editoriales exigen, Smania agregó que “escribí Pido Gancho y me piden que lo siga haciendo, pero me he resistido porque todavía no tengo ganas. Es resistirse a los pedidos de mercado».
Fue una jornada enriquecedora con distinguidas escritoras que no se guardaron nada: se rieron, se emocionaron y compartieron sus saberes sin condicionamientos, sin egoísmo. El encuentro fue realmente fructífero y así lo recalcó Lardone: “Estas acciones están buenas. Traerlos a ustedes, docentes desde cada riñón de la provincia, es verdaderamente multiplicador”.
Relatos para escuchar y disfrutar
Algunos momentos
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