Mariano Medina en escuelas cordobesas
El reconocido escritor y cantante Mariano Medina visitó diferentes instituciones educativas: la Escuela Normal Dalmasio Vélez Sarsfield y el Instituto Parroquial Gustavo Martínez Zuviría de Las Varillas, la Escuela Superior de Comercio de Río Tercero y la Escuela Normal Superior Juan Bautista Alberdi, de Deán Funes. Literatura y música para “la formación de lectores”.
En Las Varillas
La Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario, recientemente inaugurada, fue el lugar elegido para celebrar el encuentro con la literatura. Era una tarde fresca de noviembre cuando el multifacético artista Mariano Medina arribó a la ciudad de Las Varillas junto a Cecilia Sehringer y Raquel Turletti, integrantes del equipo técnico de la Dirección General de Educación Superior. Desde el comienzo se vivenció la trascendencia del evento. Había periodistas de un canal de televisión con sus respectivas cámaras esperando para entrevistar a los recién llegados y conocer los alcances del Proyecto “Literatura y escuela: prácticas de promoción de lectura en contextos pedagógicos. Nivel Superior. Nivel Secundario”, que los convocaba por aquellos pagos. Una locutora del canal local “Las Varillas vive”, que también cuenta con un diario digital, fue la encargada de ponerle voz al encuentro. Luego de realizados los reportajes, los estudiantes y profesores del Instituto Parroquial Gustavo Martínez Zuviría y del Normal Dalmasio V. Sarsfield empezaron a llegar.
El salón se fue llenando de chicos con sus remeras blancas y distintivos verdes al tiempo que los interrogantes empezaron a fluir. Los adolescentes esperaban con ansias el encuentro con el reconocido escritor, músico, periodista, promotor de la literatura y miembro del Cedilij. Por el libro que más preguntaron fue Cosiqueando, obra que habían leído y a partir de la cual realizaron libros álbumes que fueron expuestos en esa oportunidad y de los cuales se seleccionaron cuatro para ser leídos al final de la jornada.
En un clima distendido y ameno transcurrió la charla con el autor de Por un pedazo de luz, Algún cielo del mundo y Árboles nativos del Centro de la Argentina, entre otras obras. Se habló sobre los sueños y cómo cambian a lo largo de la vida, sobre sus primeras lecturas y su gusto por la naturaleza. En relación a ello, Medina destacó a un autor villamariense cuya obra sobre el Cerro Champaquí fue uno de sus libros pilares para conocer la geografía cordobesa e inspirador para incursionar en esa área de la escritura. Para sorpresa de Mariano, en ese momento ingresó al salón el mencionado autor y con quien se fundió en un fuerte abrazo que emocionó a todos los presentes.
Luego de esta sorpresa la ronda de preguntas y respuestas continuó. Medina explicó que su escritura no es tan solitaria en tanto siempre trabaja en equipo con ilustradores, músicos y otros escritores. Luego fue el turno de hablar de sus otros libros objetos tales como Por un pedazo de luz –aun no presentado en sociedad−, Cama grande y La casa en orden.
Posteriormente, cuatro alumnas leyeron y mostraron los libros objetos realizados en el marco del trayecto formativo y contaron brevemente el proceso de trabajo llevado a cabo. Para cerrar un encuentro marcado por la emoción y la alegría la música se adueñó de la sala. Medina fue invitado a cantar por una banda compuesta por alumnos del Martínez Zuviría y juntos deleitaron a los presentes quienes ofrecieron fuertes aplausos.
De a poco los acordes se silenciaron y la sensación de un hermoso momento compartido invadió a quienes lentamente dejaron la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario.
En Río Tercero
Dos días después fue el turno de visitar el este de la provincia de Córdoba. Esta vez la tarde estaba soleada y el calor de la siesta apretaba. En el “Comercial”, como todos conocen a la Escuela Superior de Comercio de Río Tercero, se habían preparado alumnos y docentes para recibir a Mariano Medina, el autor que tanta inquietud había suscitado con su libro Por un pedazo de luz, rodeado de vacas y del diablo…
La bienvenida fue a pura música. Un alumno de tercer año hechizó con su voz y su guitarra al auditorio con su versión de «Zamba para olvidar». Luego, vino la presentación formal del invitado a cargo de Cecilia Sehringer y Sandra Curetti, representantes de la DGES. Mariano se dispuso a iniciar una charla con los chicos y sus profes a propósito de sus obras, la literatura y demás inquietudes que fueran surgiendo.
El autor, ducho en estas lides, comenzó preguntando a los presentes si les había gustado su libro Por un pedazo de luz −que estaba expuesto sobre un afiche amarillo con letras negras, en la pizarra del salón− y los habilitó a tomar la voz y la iniciativa. Citó la Gramática de la fantasía, de Gianni Rodari y a partir de ahí los jóvenes comenzaron, tímidamente primero, con más entusiasmo después, a realizar una variedad de preguntas referidas a las imágenes, los sentidos del texto y también a las «malas palabras».
Mariano aclaró algunos conceptos y habló de la intención de la palabra literaria y de a poco, en el calor de la conversación, los alumnos se fueron animando a levantar la mano para decir, contar y preguntar.
Más tarde el autor proyectó un power point que evidenciaba el proceso de edición de Por un pedazo de luz −en una bella diversidad de dibujos y comentando las decisiones que debieron enfrentar autor y editor− y luego, se llevó a cabo la lectura de otros de sus textos. En ese momento los chicos ofrecieron a Medina sus propias escrituras producidas en el marco de los talleres desarrollados en las aulas. El autor las leyó con entusiasmo y entonación, divirtiéndose con las ocurrencias, la dificultad de un tamaño o tipo de letra y rescatando aquellas palabras que traían poesía y posibilidades expresivas.
Finalmente, el encuentro se cerró con un hermoso «Gracias» cantado en varios idiomas por este escritor-músico, seguido de un cariñoso aplauso de todos los presentes y la esperada foto del grupo, con los alumnos y el escritor fundidos en una imagen que, seguro, recordarán para siempre.
En Deán Funes
Para Mariano Medina, la última parada de este trayecto formativo que entre sus distintas acciones prevé la visita de escritores cordobeses a las escuelas, fue en la zona serrana del noroeste cordobés. Está vez además de la coordinadora de la DGES Cecilia Sehringer, se sumaban la profesora Mariana Mitelman y la referente jurisdiccional María Gabriela Gay.
En esta oportunidad la cita fue con la comunidad educativa de la Escuela Normal Superior Juan Bautista Alberdi, de Deán Funes. Allí en el SUM los esperaba la Muestra Institucional que reunía la variedad de producciones realizadas por los alumnos en los talleres desarrollados en el marco del Proyecto Literatura y escuela, implementado por el Ministerio de Educación. En el salón esperaban ansiosos los chicos de segundo año del secundario junto a los estudiantes del Profesorado de Educación Secundaria en Lengua y Literatura y los docentes de ambos niveles.
La comitiva de recién llegados no quiso perderse ni un detalle. Así, recorrieron cada rincón apreciando las diversas escenografías o ambientaciones con las que los profes acompañaron cada uno de los talleres y en las que estaban incorporados, de forma muy creativa, los textos originales escritos a mano y en su primera versión por los chicos. También había una mesa central con siluetas tipo maniquíes, que representaban a cada uno de los escritores trabajados, con algunos datos sobre ellos y sus libros, en presencia real, acompañándolas. Las huellas del trabajo se hacían presentes, palpables, visibles.
De allí, la actividad se trasladó a dos cuadras a un salón del gremio UEPC en donde esperaban el resto de los chicos del grupo de la tarde y algunos de la mañana. Para dar inicio al encuentro con el escritor, una estudiante del profesorado leyó Por un pedazo de luz, mientras se proyectaban las imágenes que acompañan este libro-objeto, muy bien preparadas, con algo de movimiento y mucha luminosidad. Luego de esa introducción se dio inicio al intercambio con el autor, quien con la amena disposición que lo caracteriza colaboró a instaurar un clima de confianza con los presentes.
De ahí en más todo fue charla: los chicos preguntaban, contaban, se reían y Mariano contestaba, seducía, invitaba. Luego hubo tiempo para cantos y lecturas de fragmentos de sus obras por parte de Medina. Llegó el tiempo de la despedida pero satisfechos de haber disfrutado de una jornada ágil, entretenida y gozosa para todos los presentes en la que la palabra en sus distintas formas fue la estrella de la tarde.
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